Presión arterial - una guía sobre los niveles normales, la presión alta y la presión baja
La presión arterial muestra la fuerza con la que la sangre es bombeada hacia los vasos sanguíneos. Tanto la presión alta como la baja pueden afectar tu salud de forma negativa, pero la presión alta es especialmente preocupante. Si la presión arterial se mantiene elevada durante un período prolongado, aumenta la carga sobre los vasos sanguíneos y con ello el riesgo de enfermedades cardiovasculares.
Bajar de peso y adoptar hábitos de vida saludables —como comer una dieta nutritiva y equilibrada, ser físicamente activo de forma regular y reducir el consumo de alcohol— puede ayudarte a disminuir la presión arterial. Sin embargo, en algunos casos también es necesario tomar medicación.

Presión arterial: ¿qué es realmente?
La presión arterial es la fuerza que ejerce la sangre cuando el corazón la bombea hacia los vasos sanguíneos. Es una función vital porque garantiza que el oxígeno y los nutrientes lleguen a todos los órganos y tejidos.
Qué influye en la presión arterial
La presión arterial está influida por muchos factores, tanto físicos como relacionados con el estilo de vida. Suele aumentar con la edad, ya que los vasos sanguíneos se vuelven más rígidos, y la herencia puede hacer que algunas personas sean más propensas a tener presión alta. El sexo y los niveles hormonales también influyen: por ejemplo, los hombres suelen tener la presión arterial más alta a edades tempranas, mientras que las mujeres son más propensas a desarrollarla después de la menopausia.
La función renal también es importante, ya que los riñones ayudan a regular la presión arterial controlando el equilibrio de líquidos.
El estilo de vida importa mucho
El estilo de vida tiene un gran impacto en la presión arterial. Una dieta rica en sal, azúcar y grasas, un consumo elevado de alcohol, fumar y la falta de actividad física pueden contribuir a aumentar la presión.
El exceso de peso, el estrés prolongado y dormir mal también tienen efectos negativos. La presión arterial además puede variar temporalmente a lo largo del día según la actividad física, las emociones, el consumo de cafeína, el embarazo o el uso de determinados medicamentos, como la píldora anticonceptiva.
Cómo se mide la presión arterial
La presión arterial se mide en milímetros de mercurio (mmHg). Se expresa con dos cifras: la presión sistólica (el valor alto) sobre la diastólica (el valor bajo), por ejemplo, 120/70 mmHg. En el lenguaje diario, se dice "120 sobre 70".
La presión sistólica muestra la presión cuando el corazón se contrae y bombea sangre al cuerpo, mientras que la diastólica muestra la presión cuando el corazón descansa entre latidos y se llena de sangre nueva.
Cómo asegurar una medición precisa
La única manera de saber tu presión arterial con certeza es medirla, ya sea en un centro de salud, en algunas farmacias o en casa.
Para obtener el resultado más fiable, deberías medirla después de un breve período de descanso. Evita el café, la nicotina y el esfuerzo físico antes de medirla. Siéntate o túmbate cómodamente con el brazo a la altura del corazón. También es recomendable hacer varias mediciones en diferentes ocasiones para obtener una imagen más precisa.
Variaciones normales – y presión baja
La presión arterial está controlada por el sistema nervioso y las hormonas y fluctúa naturalmente a lo largo del día. Aumenta durante el esfuerzo y disminuye en reposo.
La presión baja (hipotensión) suele ser inofensiva, pero puede volverse problemática si causa síntomas como mareos o fatiga, o si está relacionada con una enfermedad. Si los síntomas afectan tu vida diaria, deberías buscar atención médica.
Presión arterial alta – ¿qué la causa?
La presión arterial alta, o hipertensión, se define como valores repetidamente superiores a 140/90 mmHg. Puede tener múltiples causas; para la mayoría de las personas suele ser una combinación de varios factores.
Entre las causas más comunes están el exceso de peso u obesidad, el estrés, hábitos alimentarios poco saludables ricos en grasas y azúcares, y un consumo elevado de alcohol. Factores ambientales como el ruido, así como la herencia, también pueden influir. Durante el embarazo también puede desarrollarse presión alta, por ejemplo, como consecuencia de la preeclampsia.
La prevalencia varía con la edad: entre adultos jóvenes y de mediana edad es más común en hombres, mientras que entre personas mayores es ligeramente más frecuente en mujeres.
Aumento de la presión arterial con la edad
La presión arterial aumenta de forma natural con la edad, especialmente la presión sistólica. En algunas personas, la presión alta se debe a una enfermedad subyacente, algo más frecuente en jóvenes con valores muy elevados. Las causas pueden incluir enfermedades renales, desequilibrios hormonales o efectos secundarios de medicamentos como la píldora anticonceptiva. Complicaciones durante el embarazo o trastornos que provocan una producción excesiva de determinadas hormonas también pueden contribuir al aumento de la presión arterial.
Una de las enfermedades más comunes del mundo
La presión arterial alta es muy común en todo el mundo. Muchas personas tienen valores elevados y a menudo necesitan medicación o apoyo para modificar el estilo de vida. Como la presión alta rara vez causa síntomas evidentes, a veces se la llama "el asesino silencioso".
En casos de presión arterial muy elevada, pueden aparecer dolores de cabeza intensos y dificultad para respirar —una situación grave pero poco común—.
Por qué deberías evitar la presión alta
Una presión arterial normal es esencial para que el cuerpo funcione correctamente. Tener la presión elevada aumenta el riesgo de varias enfermedades, como ictus, infarto de miocardio, insuficiencia cardíaca, enfermedad renal y demencia.
Cuándo buscar atención médica
Si te preocupa tu presión arterial, puedes medirla para ver cómo está. Si obtienes repetidamente valores superiores a 140/90 mmHg, deberías contactar con un profesional sanitario.
Si la presión arterial es muy alta —180/110 mmHg o más— y te sientes mal, tienes dolores de cabeza u otros síntomas, deberías buscar atención médica urgente. Lo mismo se aplica si estás embarazada y obtienes valores repetidos de 140/90 mmHg o más.
Qué puedes hacer tú mismo
Si tu presión arterial está ligeramente elevada, los cambios en el estilo de vida a menudo pueden ayudar a reducirla. Puede que no disminuya de inmediato, pero reduce el riesgo de enfermedades cardiovasculares y mejora tu salud a largo plazo.
Actividad física regular
La actividad física tiene un claro efecto reductor de la presión arterial. Todo movimiento cuenta: caminar, ir en bicicleta, hacer jardinería u otras actividades diarias. Es beneficioso moverse todos los días.
Dejar de fumar y reducir el consumo de alcohol
El tabaco y el alcohol tienen efectos negativos sobre la presión arterial. Dejar de fumar y beber menos alcohol puede aportar mejoras claras, tanto en la presión arterial como en la salud en general.
Seguir una dieta saludable y reducir la sal
Una dieta variada y nutritiva con muchas frutas, verduras, proteínas magras y cereales integrales es buena para la presión arterial. Reducir la ingesta de sal también es importante, especialmente si tienes presión alta.
Perder peso si es necesario
Si tienes un peso poco saludable, perder peso puede ayudar a reducir la presión arterial y el riesgo de enfermedades cardiovasculares. Perder solo unos pocos kilos puede marcar una gran diferencia, no solo en la presión arterial, sino también en los lípidos y el azúcar en sangre.
Gestionar el estrés y dormir lo suficiente
El estrés y la falta de sueño pueden aumentar la presión arterial. Intenta encontrar formas de relajarte, por ejemplo, mediante actividad física, mindfulness u otras técnicas de relajación. Dormir bien y de forma regular también es importante para la recuperación.
No necesitas cambiar tu vida de forma drástica para mejorar tu presión arterial y reducir el riesgo de complicaciones —pequeños ajustes en los hábitos diarios pueden marcar una gran diferencia con el tiempo—.
Tratamiento con medicación
A veces, los cambios en el estilo de vida no son suficientes para bajar la presión arterial, y puede ser necesario tomar medicación. Existen varios tipos y a menudo se combinan dos o más para alcanzar los valores objetivo. La elección del tratamiento depende también de la edad, la diabetes, la herencia, los lípidos en sangre, el tabaquismo y cualquier enfermedad cardiovascular previa.
Resumen
La presión arterial es la presión que se genera cuando el corazón bombea sangre por el cuerpo y es un indicador importante de la salud del corazón y los vasos sanguíneos. Una presión arterial normal es esencial, mientras que valores altos o bajos pueden afectar negativamente a la salud. La presión alta, o hipertensión, es especialmente común y aumenta el riesgo de enfermedades como ictus, infarto e insuficiencia cardíaca.
La presión arterial está influida por la edad, la herencia, las hormonas, la función renal y el estilo de vida. Se mide en mmHg y se expresa con dos valores: sistólico y diastólico. Un valor de 120/80 mmHg se considera normal, mientras que valores repetidos por encima de 140/90 mmHg se consideran elevados.
Los cambios en el estilo de vida —actividad física regular, una dieta saludable, reducir la sal, dejar de fumar, beber menos alcohol y gestionar el estrés— pueden ayudar a mejorar la presión arterial. Si estos cambios no son suficientes, puede ser necesario tomar medicación.
Exención de responsabilidad: este artículo se ha traducido utilizando inteligencia artificial (IA). La versión original en inglés es la principal. En caso de duda, prevalecerá el texto en inglés.







